Damas y caballeros, lo que están a punto de ver no es más que un deseo, el deseo de volar, de sentirse capaz de hacer más de lo que se cree que se puede lograr. Sentiremos felicidad al ver algo tan bello y, al parecer, fácil al primer momento, soñaremos con hacer lo mismo, poder jugar con las leyes de la naturaleza y sentirnos capaces de crear leyes nuevas que nos favorezcan. Sentiremos temor al mirar hacía abajo y saber que el suelo existe y que aun que quisiéramos que fuese blando como una almohada sabemos que es tan duro como la piedra. Saber que nuestras leyes no sirven en la práctica y sentir como nuestro cuerpo no es tan flexible y fuerte como sentíamos que era. Por último sentiremos envidia, pero de esa que aun que te hace poner verde eres feliz sabiendo que hay personas más fuertes, más flexibles, más inteligentes y más valientes que tú, ya que sabrás que, aun que tu piel sea verde, no es imposible poder ver la galaxia desde arriba.