Hace mucho tiempo atrás, cuando las casas alargadas de concreto no existían, los caminos de tierra eran tierra y los arboles nacían sin estorbo, nació una princesa, la princesa Mariposa. La princesa, hija de sus padres y nieta de sus abuelos todos del mismo linaje real, yacían en un gran palacio, construido por ramas, hojas y barro, sostenido por un gran árbol que marcaba el punto central de su reino. La princesa crecía con los años y desarrolló un gran poder, la empatía.